Allá por
el 2012, nos encontramos con un lobito llamado “Wolfi” que nos quería explicar
que los lobos no siempre son tan malos como los pintan los cuentos.
Con él,
vivimos millones de aventuras y hasta celebramos su cumpleaños y aunque a veces
nos daba un poquito de miedo, llegamos a quererle con locura y deseábamos con
todas nuestras fuerzas que apareciera por la ventanas, nos diera una sorpresa y
nos contara sus experiencias.
El tiempo
pasó y Wolfi se despidió para ir a
conocer nuevos amigos a otras escuelas.
Junto con
nuestro gran amigo Barbaverde recorrimos numerosas aventuras, luchamos en
millones de batallas y conquistamos islas inalcanzables en las que recogimos
numerosos tesoros y alguna que otra moneda de chocolate.
El
recorrido fue largo y muy divertido pero
con la llegada del verano, y muy a nuestro pesar, Barbaverde viajó a
otros mares…
Al año
siguiente, nuestros grumetes ya eran muy mayores y al llegar a Calimero
¡Sorpresa! En la escuela había aterrizado una nave espacial convirtiéndola en
un gran centro de investigación. Junto con ella, viajaba un astronauta llamado
Duque quien nos acompañaría durante todo el curso.
Con él
aprendimos mucho sobre quienes son los investigadores, estrellas,
constelaciones, planetas e incluso nos
adentramos en las profundidades del espacio con la visita del eurocosmos y hasta
le ayudamos a salir del planeta en el que se había perdido!
Lo hemos
pasado genial durante este tiempo y ahora estos pequeños, no tan pequeños, se
han convertido en grandes astronautas que comenzarán un nuevo viaje acompañados
de sus familias y nuevos amigos en el cole de mayores!
Agradecer
vuestra participación y confianza en todos nosotros y desearos lo mejor para
esta nueva etapa!
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